sábado, 29 de agosto de 2015

El cafe de los corazones solitarios

El café de los corazones solitarios, ¡ay que bonito! Lo acabo de terminar, no había leído nada de esta autora antes y espero leer más.

Hacía días que me decía como no encuentre un libro que me enganche y que me guste no leo más hasta el dos mil dieciséis... Menos mal que me ha encantado... No se como lo habría soportado jajajajaja. No, en serio, llevaba una época que por h o por b los libros que caían en mis manos eran un bodrio (para mi gusto, obviamente, ya sabéis que sobre gustos... y que yo solo puedo hablar sobre los míos y que no pretendo que a todo el mundo le guste lo mismo que a mi o le parezca un horror lo mismo, entonces sería todo aburridísimo, monótono y absurdo, así que, aunque me repito, insisto, es sólo mi opinión, ni un sentencia), como decía llevaba una racha malísima, puede que cada vez que leo un libro me vuelva más exigente, pero ya no me sirven las novelas que parecen hechas en series donde los protagonistas no tienen nada en la cabeza (deduzco que como los autores, ya que nunca un personaje puede ser más listo que el que lo inventa...), o de esos libros que tienen más de mil páginas llenas únicamente de comeduras de olla del propio autor, que no aportan nada, mas que palabras petulantes, para demostrar lo mucho que saben utilizar los libros de sinónimos o el amplio vocabulario que les ha dado leerse el diccionario entero una vez en su vida...

Volviendo a la novela, es, a falta de una palabra mejor, muy dulce. En la novela hay tartas, de todos los sabores, se centra en un café, y con el café se toma tarta o pastas, y la novela es tan dulce como las tartas que salen, que me han dado unas ganas de arramblar con lo que hubiera en el armario, que menos mal que estamos a final de mes y no hay nada en el armario de la bollería, si no, engordo tres kilos como poco, y las tartas tienen porciones que va llevando a los clientes, y como tal el libro se cuenta a porciones, pero tan bien llevado, no le sobra ni una coma, ni un comentario de todos los protagonistas que salen, que son muchos, todos tienen su espacio, a todos se les coge cariño, todos llegan al corazón del lector, al menos del mio.

Sabes, o intuyes que va a pasar, como van a acabar los protagonistas, pero es que no es una novela de misterio, tampoco hay que desentrañar ningún rompecabezas rocamblesco, es como un trozo de vida, en el momento preciso y precioso de esas personas.

Me ha dejado muy buen sabor de boca y unas cuantas lagrimillas hacia el final del libro, ternura, amor, amistad, lealtad, también hay la dosis justa de dolor, como en la vida misma, de corazones rotos, de vidas rotas, pero lo justo para conocer a esas personas, que podrían ser tus vecinos, tu misma, es cotidiano, es cercano, es una novela que se hace querer.

Si te apetece una novela sensible sin ñoñerías y sin tonterías esta es ideal, llega al corazón.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Esto va de hijos

Hace unos días y después de cuatro años de amistad cibernética conseguimos quedar cuatro amigas, nos conocimos en facebook y por fin podíamos vernos las caras. Bueno, tengo que puntualizar que la novedad era una de las cuatro, con las otras dos ya había quedado anteriormente, pero sí que era la primera vez que estábamos las cuatro juntas.

Fue un día estupendo, cuando la persona que conoces por internet se muestra en este mundo virtual igual que como se comporta en su vida diaria, pasan estas cosas, que sientes que has tomado café con ella el día anterior, que realmente es tu amiga, es real, a pesar de que hasta ahora ha habido una pantalla de por medio y la seguirá habiendo, desgraciadamente, ya que no sabes cuando te volverás a ver cara a cara, y los lazos, que ya eran grandes, terminan de encajar del todo, es una experiencia que llena mucho, vas con los nervios de "¿les caeré bien?", "¿Estaremos igual de cómodas en persona que hablando durante horas por escrito?", "¿Me caerá igual de bien a mi?" "¿Conectaremos?" Bueno... todas esas cosas que te pasan por la mente, fruto del nerviosismo, de la inseguridad en uno mismo, de no ser suficiente... esas cosillas que a todos nos pasa.

Tenía que coger el coche para ir, y como la orientación no es lo mio, y aún no podemos descargarnos los mapas en el cerebro como hacen en Matrix para aprender las cosas, púes me pongo el gps del móvil, todo va bien mientras las carreteras no se juntan en mil, voy oyendo como dice:
"Siga la carretera durante cinco kilomiters" (y cinco con voz diferente y como mas aguda, los niños se parten y repiten como loritos)
"Manténgase a la izquierda para salir de la carretera (X)"
"Manténgase a la izquierda para tomar la salida"
"Ahora, manténgase de la izquierda" (Es lo que tiene que pone artículos donde no corresponde)

Os aseguro que yo me mantuve a la izquierda, aunque ya me daba cuenta que la voz y la imagen del móvil no correspondían... ¿a cuál de los dos hago caso?. Como estoy a la izquierda y los coches por los otros carriles van bastante mas rápido y no soy de hacer pirulas en las autopistas, me quedo a la izquierda... Craso error... Ya me he perdido, menos mal que llevaba los datos activados y me recalculó la ruta, porque si no, seguro que acabo en Francia y ni me entero. En total me perdí tres veces... No esta mal llevando el gps, podría haber sido peor... Os aseguro que cuando me pierdo por tercera vez, por culpa de que el gps me decía que fuera, de nuevo, a la izquierda, pero eso era imposible, mi carril era de 60 kilómetros hora y el otro carril iban como a dos cientos, no me podía meter ni queriendo, me faltó un pelo para para el coche en la siguiente salida y ponerme a llorar para luego poder continuar sin los nervios de "termino en los Pirineos, termino en los Pirineos".

Dejando atrás mi inutilidad para la orientación, aunque conduzco de p.madre, que conste, lo cortés no quita la valiente, llego al sitio de encuentro y... Como os digo fue estupendo, como estar todos los días juntas, las mismas bromas, la misma familiaridad, el mismo cariño, las mismas risas, una pasada, los que lo hayais vivido lo sabéis y los que no, algún día lo vivireis en carne propia, es inevitable, cada vez nos conocemos más por la tecnología y al igual que no te puedes o si te puedes fiar de una persona que conoces en el instituto, en la puerta del cole de tus hijos, en un bar o en el trabajo, tienes las mismas garantías en internet, unas veces saldrá bien y otras no, hij@s de p. los hay en todas partes. Que me voy de tema...

Nos fuimos a una cafetería a tomar un cafelito para despejarnos, los niños un batido de chocolate junto con una de nosotras, dos cafelitos y un zumo de naranja (que al ir a pagar flipamos... dos euros y medio por el zumo de naranja, ni que hubiera tenido que ir a buscarlas a Valencia... y encima lo puso caliente... que para los calorets de este verano, le sentó a mi amiga de perlas...). Los niños son niños y se comportan como tal, y no nos podemos quejar, teniendo que aguantar a sus madres hablando y riendo como gallinas cluecas, pero hubo un momento en el que mi pequeño se portó un poquito peor de lo que correspondía, así que lo llamé que viniera a mi lado, se levanta despacio, me mira con cara de "yo no he roto un plato en mi vida" y me suelta:
-¿Me vas a dar un golpe?

¿¿¡¡COMO??!! Me quedé de piedra, les chillo a mis hijos, e incluso les "amenazo" ("Como no vengas a la de tres te vas a enterar" "como no te portes bien te doy"... bla bla bla... no se lo creen ni ellos, porque a pesar de lo bocas que soy, se me va la fuerza por ahí, luego nunca les pongo la mano encima, pero claro... el niño sabía que me dejaría cortada, todas se rieron de la situación, menos mal que me conocen y que luego el hijo de mi amiga también hizo algo parecido.

La madre le llama la atención, y le hace una pregunta y el niño ni corto ni perezoso:
-Ay no se mami, es que estoy borracho

¡Tócate los pies! Nos estuvimos riendo un buen rato de como nos estaban dejando los niños, en breve los de las mesas de alrededor iban a llamar a asuntos sociales. Obviamente mi amiga tampoco da alcohol a su hijo, no vayáis a pensar.

La próxima mejor los dejamos en casa, que nos meten en unos apuros y nos sacan los colores.


Los hijos y su sinceridad...

Hoy me he despertado con mi hijo pequeño, que como casi cada día, se viene a mi cama a acurrucarse un ratito conmigo antes de levantarnos del todo y me he acordado de una tontería que nos pasó este invierno.

Soy de esas mujeres que se depila con cuchilla, porque? pues por que vamos con prisa, por que si lo hago con cera, tengo la piel de burra y me salen por dentro y luego no hay quien los quite de ahí ni con piedra pómez o cualquier producto exfoliante que imaginéis o que inventen en la posteridad (vamos que o me arranco la piel a tiras o siguen dentro los muy cabrones), por que es fácil, ras, ras y pelos fuera, por que las cremas huelen mal y eso de oler a cortezas de cerdo cuando me depilo me da repelús, por que las tiras de cera fría se quedan pegotes de cera en las piernas durante días, que se me quedaban los pantalones pegados y cuando me los quitaba por la noche hasta me hacia daño y o bien había ronchones negros en mis piernas como si no me hubiera lavado en meses o trozos de mi propia piel en el pantalón (ríete tu de los exfoliantes de antes...) y por que la epilady, la silquepil o cualquier máquina del demonio, parecida, duele que es para morirse, a lo mejor a los de los anuncios que aun no les han salido los pelos de verdad, o que tienen dos contados, les puede valer, pero para los pelos de después de la cuchilla, esos negros, duros, gordos, de punta, como troncos amazónicos, para esos, duele que te quieres morir. Así que sigo con mi cuchilla de toda la vida, compro una femenina, no sea que las de toda la vida de los hombres no valgan para lo mismo en la cara que en mis piernas, pero ya que se han molestado en hacerlas de color morado y dar ese halo de glamour, pues las compro.

En invierno en casa nos damos algún que otro baño, los ecologistas no me matéis, mi bañera es pequeña, y es sólo de vez en cuando y con lo que ha llovido este año aquí realmente creo que he hecho un favor al vaciar un poco, que nos sale el agua por las orejas (si, ya se que hay sitios que no hay agua, pero no se la puedo mandar por correo, así que al menos la uso yo que si que puedo, que no por dejar de usarla aquí los de allá van a tener... y que de verdad que no son tantos, dejad de reconcómerme la conciencia!). Como decía nos dimos un baño y lo digo en plural ya que fue llenar la bañera y mi hijo pequeño pedirme, con los ojos del gato de Shrek si podía darse el baño conmigo, como negarse...

Entro primero en la bañera, me acomodo y enseguida entra el chiquitín, se acomoda, pero... no, parece que no termina de pillar la postura, se mueve, me da un golpe, se vuelve a colocar, le noto incómodo, se le empieza a retorcer la espalda y los costados y ya flipando por si le pasa algo, el agua quema (que me gusta calentita tirando a ardiendo, pero no para hacer quemaduras de tercer grado) y le pregunto:
-¿Qué pasa cariño? ¿Te acomodas ya?
-Ay Mami, ¡¡es que no puedo!!
-¿Cómo que no puedes? ¿Qué te pasa?
-No se mami, es que me ¡¡piiiinchas!!

Aún me rió ahora al recordarlo, llevaba como cuatro o cinco días sin depilarme y claro... tenia los pelos de las piernas para rallar queso, no podía ni hablar de lo que me reía, al final salí de la bañera y se dio el baño solo y luego me lo di yo, y aun a día de hoy me lo recuerda

-Mami, ¿te acuerdas cuando me pinchaste mucho la espalda?

Que yo porque se de que habla, pero cualquier persona que le escuche pensará que le hago acupuntura contra su voluntad o le uso de pincho moruno.
Ten hijos "pa" esto jajajajaja