miércoles, 10 de septiembre de 2014

Como sobrevivir a un marido que te quiere. Cap 2

Capítulo 2 o el arte de no saber usar las palabras adecuadas.

Mi marido es una persona muy inteligente y lo digo con orgullo, a veces me sorprende las cosas que sabe y de las que entiende. Pero toda esa inteligencia queda eclipsada por su poca y escasa capacidad verbal. No es que no sepa hablar, o que no sepa lo que significan las palabras. Es que debe tener mal la conexión que va del cerebro a las cuerdas vocales y no siempre dice lo que piensa, o lo dice de tal manera que a mi no me llega lo que el quiere hacerme entender, bueno, ni a mi, ni a nadie, lo peor es que en algunos casos pretende alabarme o piropearme...

Un día, como otro cualquiera, estábamos en la cocina, hablando mientras cocinabamos, que ibamos a hacer si no en la cocina, que a veces soy algo redundante... Una mañana distendida, relajados, sin prisas, en las que todo nos ha salido a pedir de boca y estamos encantados el uno con el otro y como muchas parejas, nos vanagloriamos de la suerte que tenemos de estar el uno con el otro y no con otro diferente.

-Ay cariño, que suerte tenemos de estar el uno con el otro, ¿Te imaginas que tu no fueras tu y yo no fuera yo?
-¡Uf! Déjate, déjate, ¿te imaginas que estoy con una tía como aquella del otro día, ridiculizando al marido ahí en medio de todo el cole? ¿te diste cuenta? - mi marido no habla mucho en círculos sociales amplios, como puede ser el colegio, pero lo ve todo, pero todo, todo.
-¡¡Ya te digo!! Esas cosas se dicen en casa, no ahí en medio, menuda cara se le ha quedado al pobre, al menos se lo podría haber dicho de otro modo. ¡¡Yo me espero a estar en casa para decírtelo!! - Yo reconozco mi parte, soy más de miradita en plan... cuando lleguemos a casa huye, porque te lo suelto...

Ese era el tipo de conversación que estábamos manteniendo, en plan yo te doro la píldora por aquí, yo te tiro flores por allá, que buenos somos, como molamos, nos hacemos una ola.

-A mi me encanta que podamos hablar de todo y que, aunque no estemos de acuerdo el uno con el otro, nos respetemos la opinión y no intentemos cambiar al otro - sigue adulándome.

Y es cierto, no siempre estamos de acuerdo, pero nos encanta tanto cuando lo estamos como cuando no, si lo estamos le ponemos énfasis en recalcar nuestra mutua opinión y si no lo estamos nos pasamos horas debatiendo las opciones y nos miramos como "como nos enriquecemos el uno al otro y sin perejil" (decidme que todas las parejas hacéis lo mismo y que no somos unos creídos raros de narices...)

Nos encanta y nos miramos como si no existiera nadie más que nos pudiera entender tan bien como lo hacemos y fuéramos la única pareja perfecta del mundo.

En una de esas, supongo que como todas las mujeres, yo no me considero para nada guapa, aunque me gusta mi forma de ser, lo que se suele decir un bonito regalo en un mal envoltorio, porque si no me gustara como soy pues sería de otro modo, a todos nos mola nuestra belleza interior, y más desde que lo dijo un candelabro encantado.

-Bueno, no soy la más guapa del mundo, pero tienes suerte de estar conmigo - le digo. No pretendía un piropo por su parte, pero tampoco la contestación que me soltó, así a bocajarro.
-Es que si tu estuvieras buena no estarías conmigo.

¡¡¡¡Y se quedó tan ancho!!!!
¿¿Cómo??
¿¿Perdona??

Ya he dicho que no soy miss belleza, pero que menos que parecerle mínimamente atractiva al hombre que comparte tu vida y tu cama, ¿no? Tardé un poco en reaccionar y sólo acerté a decir:

-Hombre... gracias...

Me vió la cara y entendió al momento que había metido la pata hasta el fondo, pero yo ya me había recuperado de la primera impresión lo suficiente y empecé:

-O sea ¿que no me ves ni un poco guapa? Ya se que no soy la Jolie pero podrías tener más tacto, ¿no?, ¡¡luego que si me obsesiono con hacer dieta!! ¡Cómo  no! Con estos comentarios...
-No, no, no - se apresuraba a decir - Me has entendido por donde no es.
-Esta si que es buena, ¿qué es lo que no he entendido la parte que no estaría contigo o de que no estoy buena?
-Me refería a que si estuvieras buena estarías con otro hombre mejor que yo, que te habrías fijado en otro que estuviera más bueno que yo.
-¡¡Lo estas arreglando colegui....!! - sí, cuando me enfado le llamo de formas muy raras - ¿O sea que no sólo no estoy buena, si no que además soy tan poca cosa que no tengo ni personalidad y me he conformado contigo? que si hubiera tenido mejores posibilidades me habría quedado con un tío de aspecto televisivo, ¿así de superficial soy? ¿No habría elegido a alguien con cerebro? No tengo ni físico ni cerebro ni personalidad... ¡¡¡gracias muchísimas gracias!!!

Tardó toda una tarde en hacerme entender que me considera maravillosa y que tengo todo lo que él desea, que el comentario era en su contra, no en la mía, que se había expresado mal.

A día de hoy, aun no estoy del todo convencida....


2 comentarios:

  1. Jajajaja, si te consuela .... las otras están más buenas para ellos. Sieeeeeeeeeeempre, jajajaja.

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  2. pues vaya consuelo.... jajajajajajajajaja

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