viernes, 22 de agosto de 2014

No sin mi Ventolín


Oh Dios Mio (Chandler Bing). Si alguna vez he creído que estaría a las puertas de la muerte... ha sido esta mañana.

¿Un poco exagerada? Puede que sí, pero los que tengáis asma lo entenderéis. Ayer por la noche tras todo el día de estar con Tesla (nuestro gato), noté el típico principio de ahogo y fui a coger mano de mi ventolín, bendito sea entre todas las cosas, y al hacerme el puf, vi, para mi desconcierto y con un poco de pánico, que no le quedaban pufs, y por muchos pufs que yo intentara darle, de allí no salía na de na, más seco que un gremlin bien educado.

Tarde en dormirme, en parte por leer y en parte por medio ahogo, pero no fue gran cosa y sobre las cuatro de la mañana me sumergía en los brazos de Morfeo (el del sueño, no el de Matrix), pero... ¡OH! pero.... Situación:
8:14 horas de la mañana, no me había levantado tan temprano en todo el verano por mí misma.
¡Me ahogo! No me entra aire... vamos a ver si sonándonos los mocos consigo algo - nada.
8:15 horas me levanto de la cama, puede que incorporada entre más aire que tumbada, que todos sabemos que todo se aplasta, nada que no, que me ahogo.
8:16 horas vamos a refrescarnos la cara, a ver si con el H2O, me despejo o absorbo el 2O de algún modo, pasa de la piel a los pulmones, la cara lavada pero me ahogo.
8:17 voy a la cocina, mis pitidos en los intentos de tomar alguna cantidad de aire están amenazando con despertar a to quisqui.
Bebo agua... nada.
Me tomo la pastilla de la alergia, tonta de mí, eso tendría que haber sido la primera opción, pero no me lo tengáis en cuenta, no me llega mucho oxígeno al cerebro.
Esperanzanda con la pastilla me voy al salón, a ver si me tranquilizo. El gato en su ignorancia, de que es él quien me provoca la alergia quiere mimos y me persigue a donde voy.
8:30 horas empiezo a entrar en la sección miedo... ni con la pastilla ni con nada, que me ahogo, que cada vez me entra menos aire, cojo el ventolín y como si del mando a distancia cuando le faltan pilas dándole unos golpes se consiguiera que por alguna intervención divina funcionara, le doy unos rejostios al ventolín esperando que salga algo de ahí dentro que me de respiro, nunca mejor dicho... NADA.
8:45 horas totalmente hiperventilada, mareada, muerta de sueño (que eso, parece que no, pero tiene mucha importancia, yo hasta las ocho de la tarde no razono con coherencia, que soy de las de dormir muuuuucho, y claro, así me pasa, que la lógica se me olvida). Bien, ha llegado el momento de entrar en modo pánico.
Me visto, me planto una pinza en la cabeza, por no ir con los pelos de bruja y me voy corriendo (más quisiera que poder correr...) a la farmacia.
9:00 horas ¡MIERDA! en la calle que cruza con la mía, hay una farmacia... ¡¡¡¡pues están de vacaciones!!!! Vengaaaa vamos a por la otra, no es que esté especialmente lejos, es bajar toda una calle, que tampoco es larga como la calle Alcalá de Madrid, pero tiene su aquel, y recordad que me estoy ahogando, cualquier segundo es crucial para que no termine desmayada en mitad de cualquier parte.
9:10 horas casi no puedo hablar:
-Un ventolín ¡aufh! ¡aufh! ¡aufh! - esos son mis esfuerzos por respirar que no me he apuntado a un casting para 300.
La de la farmacia que no me oye, pero viendo mi tono azulado parece que comprende y me saca mi amado ventolín, no me he avalanzado sobre ella y se lo he arrancado de las manos y me he metido un puff mágico de milago, pero NO, ¡aún no! Tengo que pagar y sólo llevo la tarjeta...
-No cobramos con tarjeta un importe menor de diez euros - Me dice mientras se la entrego y en ese momento pienso, te has librado de que no pueda hablar, pero te vas a cagar igual, porque ya esta, he llegado al limite, me tiro al suelo y que llamen a una ambulancia, a ver si así me cobra o no, pero antes de que pueda montar el espectáculo me dice, comprensiva, pero no sin antes preguntar a la jefa - te lo cobro, pero ya lo sabes para la próxima.
Y a mi que no me gusta que me den lecciones, me pongo toda digna y le digo entre pitos y susurros:
-Unas pulseras infantiles para los mosquitos - en realidad ha sido más bien "pulseras" señalando la muñeca, luego gesto de persona bajita y luego "mos" con gesto de cosa voladora, menos mal que me ha entendido porque no me queda fuelle pa mucho más.
-No, da igual, que te lo cobro - me dice como pidiéndome disculpas.
-¡Que no! Que las necesito, ¡leñe! - un día de estos el orgullo me va a matar, puede que este sea ese día... ya paso de los diez euros, pago, y me he metido dos peazo de cacho de puffffsss que no se los salta un gitano, los ángeles han cantado a mi alrededor una hermosa melodía, las nubes han dejado paso a los rayos del sol, (esta nublado con anuncio de tormenta, pero yo os digo que ha salido el sol), la hierba fresca ha florecido bajo mis pies.... bueno, os imaginais la situación, ¿no?, ¡alivium sumum est!
Ahora ya se me esta bajando el efecto mareo como si me hubiera tomado seis martines blancos solos, y se me ocurre que podría haber pedido directamente tres ventolines y tener de repuesto, pero como digo, el riego sanguíneo no me llegaba al cerebro demasiado bien.

Ya puedo volver a hacer vida, volver a acariciar al gato y vivir feliz, que no me vuelva a pasar, ¡por Dios!
NO SIN MI VENTOLIN

4 comentarios:

  1. Jajajajajaa me meoooooooooooo! Eres la caña, nena... la caña!!!!!

    pd... quita la verificación de letras y números, anda... es un coñazoooo! jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. que es eso??? modo paletainformatica on! no se que es para poder quitarlo...

      Eliminar
    2. Es lo de "para verificar que no una máquina introduzca los dígitos que aparecen en pantalla"

      Eliminar
  2. Ay que me parto!!! aunque la situación ha tenido que ser acojonante.

    ResponderEliminar