lunes, 21 de julio de 2014

HOLA

Me acabo de dar cuenta de que me he tirado a la piscina blogueril sin tan siquiera haberme presentado, no sabéis nada de mí, tampoco creo que sea lo más importante, soy de lo más común, pero que menos que un "hola, ¿qué tal? soy yo" que tengo que demostrar que mi madre me dio una educación y que sé utilizarla.

Pues soy Sonia, este es el nombre que figura en mi DNI, pero soy Sony para los amigos, mami para mis hijos, cariño para mi marido, nena para mi hermano, Soñi para mis otros dos hermanos, la mama dé, para las otras mamas del cole de mis hijos y finalmente Sonja para el blog. Tantos nombres para una misma persona, pero a todos nos pasa, tenemos un rol que se establece con cada una de las personas que conocemos. Mi tía, por ejemplo, cree que entré en la edad del pavo a los doce años y que ahí me he quedado, en mi nube particular, y nunca la sacaré de esa idea. Mi madre, como todas las madres, cree que aún soy una niña y que me tiene que decir lo que tengo que hacer y lo que tengo que decir, pero textualmente, nada de sentidos figurados, su frase favorita es: "tu vas y dices:" y ahí entra la retahíla que quiere grabar en tu mente a fuego: "quiero una barra de cuarto, cocida, pero no quemada, con los picos ovalados, pero no redondos, que tenga miga y que no este chafada. ¿Lo has entendido?, le dices esto". Que te dan ganas de tomar apuntes por si se te olvida una coma, y eso esta bien para cuando tienes diez años, pero con treinta y nueve que ostento ya... Aunque parece que ya va aceptando que me hago mayor, ahora sólo lo repite un par de veces y hace que se lo repitas tú, otras tantas, antes la puja estaba entre cinco y diez según si era para ir a por pan o acudir al médico, grados de importancia. Pero ya os hablaré de mi madre, hay blog para rato y quiero darme a conocer, los demás que esperen su turno (ya me salió la vena egocéntrica...).

Soy... soy... ¿realmente, cómo soy? o ¿quién? Depende, ¿de que depende? (¿a que lo habéis leido cantando?... jajajajaja), de a quien preguntes, dicen que la imagen que tenemos de nosotros mismos esta distorsionada, normalmente infravalorada, que no es la más acertada, que nos describimos por debajo de nuestras posibilidades (o eso era la economía...).

Si hago un baremo creo que soy más buena que mala, pero como me toquen a alguien que me importa, la maldad del mundo se personifica en mi y si ya es contra mis hijos, se junta también la de los siete infiernos y hasta el mismísimo Satanás huye de mi despavorido. Puedo ser muy borde, pero con el paso de los años también me he vuelto diplomática, que no falsa, prefiero morderme la lengua, aunque creo que eso es fruto mas bien de falta de ganas de perder el tiempo ni esfuerzo en esas personas, que por haberme redimido, pero algo es algo.

Soy cariñosa, pero no empalagosa, mi circulo interior/espacial, tiene un diámetro amplio, no soporto a los que te hablan tan cerca que les puedes contar los empastes y sabes a la perfección que han comido hace tres días y que aderezo utilizaron. Soy muy familiar y casera, me siento segura entre los míos y me gusta pasar tiempo con ellos.

Supongo que, como a todos, los demás ven en mi la reacción que ellos me provocan y sobre eso sacan sus conclusiones. Hay quien me ha dicho que su primera impresión no fue de lo mejor que cabría esperar (eso si me lo dicen con diplomacia...), incluso me han llegado a decir que les daba miedo, pero que en cuanto hablaban conmigo, cambiaban de parecer completamente, que soy cercana, alegre y que induzco a la confianza, como que me lo pueden contar todo (y vaya si lo hacen...). La verdad no entiendo el porque de esa primera impresión, ¿sólo porque voy por la calle caminando con paso firme y seguro, con el semblante adusto y un tanto rígido (como si me hubieran metido una escoba por el culo, ya sabes a que me refiero), mirando a todo el mundo como si les perdonara la vida y solo siguieran en el planeta tierra porque yo lo permito?. Pues tampoco es para tanto, ¿no?

Me gusta reírme, me gusta la música, me encanta leer, me gusta comerme la cabeza con problemas de lógica, me gusta el cine, me encanta el teatro, me gustan las series de televisión y no soporto los anuncios, no veo noticias ni reality shows o programas del corazón, pero cuando lo hago, me engancho y no me avergüenza admitirlo, si lo veo, lo veo, y si no, no, no pillo los programas mientras hago zapping...

Tengo mis miedos, y desde que soy madre todos mis miedos van en una sola dirección, pero también tengo esperanzas, anhelos e ilusiones y coraje, creo que le echo mucho coraje a la vida.

Me gusta estar a la última en nuevas tecnologías, aunque soy algo torpe al principio, pero le pillo rápido el tranquillo, me gustaría tener todos los aparatejos electrónicos que salen al mercado, pero desgraciadamente mi economía (que no mi sentido común), no me lo permiten.

Soy leal a mis amigos y me meto en follones por apoyarlos, intento no fallarles, estar a su lado y merecerme el apelativo de amiga, y lo doy todo, o al menos hasta donde mi limitación me permite. Pero que no me traicionen, que no me fallen... soy rencorosa, y tengo una memoria que ya la querrían los elefantes...

Me gusta hablar, opinar, responder preguntas (y si puedo contestarlas antes que otros... ¡¡¡mmmm!! me encanta, marisabidilla que ha salido uno... pero tengo mi punto de humildad, cuando no se de algo, me callo y escucho, también se me da bien, no soy solo una verborrea constante, no soy de esas que habla con todo el mundo pero que el mundo es incapaz de hablar con ella... todavía...), escribir, comentar y cuando todo eso no es posible, pienso y pienso y pienso en todo lo que voy a decir en cuanto mi marido entre por la puerta y las ganas que tengo de contarle todo, todo y más allá. Soy capaz de enlazar un tema con otro y luego con otro sin respirar.

He trabajado de operadora (¿no? ¿en serio? ¿de operadora?... sí) en un tiempo en el que aun se nos hacía raro tener un teléfono para consultar sobre lo que queríamos comprar y no ir a un negocio o a una persona física. También de operaria en dos fábricas, en una sólo dos semanas... en la otra me quedé años, hasta que nació mi segundo hijo y decidí dedicarme al oficio más viejo del mundo, mamá/ama de casa.

Y por lo visto tengo amigas que me consideran graciosa, con un toque irónico. Y gracias a una de ellas, Violeta (espero que no te importe que te mencione), estoy hoy aquí presentándome.

En resumidas cuentas:
Hola a todos, soy yo, encantada de conoceros y gracias.

3 comentarios:

  1. Hola Sony..... te queremos..... jajajajaj

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  2. No seas modesta Sony, tienes mucho más potencial que "graciosa con un toque irónico". Besos y achuchones

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  3. os quiero a las dos, lo sabéis ¿verdad? muaks!!!

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